Esto es una anécdota personal de cuando se quiere algo se puede hacer, hace algunos años por allá por el 2008 cerca de donde vivo hay un taller de pintura privado, un cartel muy grande al frente que dice curso de pintura, la primera vez que lo vi sentí aquel entusiasmo claro esta nunca había visto una pintura ni un dibujo digamos bien trabajado.
Lo cierto es que me quede con aquella inquietud de querer ser algo así como un pintor, debo decir que en ese entonces no sabía que se podía hacer tanto, las clases las impartían los fines de semanas viernes y sábado, un día llegue al frente del taller y vi a unos chicos con unos cuadros pintados, pero estaban tapados tenía mucha curiosidad por verlos, así que me acerque disimuladamente llegaron otros chicos y los primeros mostraron sus cuadros, eran unos paisajes nocturnos quede impresionado, no llegue a entrar al taller pero hable con el instructor por teléfono, me hablo del curso su precio recuerdo que eran 70 bs la inscripción y 30 bs por clase, para ese entonces era un poco costoso, pero estaba decidido hacer ese curso.
Sentía muchas ganas de aprender hacer algo como lo que vi, al poco tiempo volví por la inscripción y finalmente entre al taller eran alrededor de 20 alumnos por clase, y todos tenían sus cuadros yo estaba muy impresionado con aquello que estaba viendo, veía más cuadros paisajes flores y frutas, y entonces sentí curiosidad y le pregunte al instructor que si se podían hacer más cosas como pintar la cara de alguien, este me respondió y dijo que había que hacer ese curso y luego habría otro nivel para llegar a los rostros, sinceramente sentí un pronunciado desanimo, puesto que a pesar de ver aquellos cuadros no era lo que buscaba y me parecía aburrido hacer el curso para luego llegar a otras clases, me pareció injusto así que al final opte por no hacerlo.
Siempre quise pintar aunque no sabía cómo hacerlo, finalmente en 2009 empecé mi carrera en diseño grafico en la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA) pero la diferencia fue que no hice un curso de inducción llamado propedéutico, y no sabía que allí podía estudiar artes plásticas, estaba decidido a estudiar diseño puesto que la publicidad siempre la tuve en mente ya que mi única influencia fue mi padre que pintaba grandes carteles publicitarios y en ocasiones paisajes y murales, el fue mi referencia y mi modelo a seguir por eso tenía muy en cuenta la publicidad como carrera profesional.
Obviando el arte empecé mi carrera de diseño, para mi sorpresa me encontré con una materia llamada Dibujo Básico en el primer semestre allá en 2009, mi profesor y mi tutor Erick Quevedo, creo que ha sido la única persona que ha venido viendo mi crecimiento desde el primer momento hasta ahora, el era el encargado de la materia y de manera jocosa el primer día de clase le dije, “usted será el profesor de dibujo” el “dijo claro quién mas” Entonces le sugerí que si el seria el profesor debería traer no se algo de lo que él hacía para ver, para ojear a ver qué tal, personalmente siempre tuve en mente los paisajes y las frutas de aquel curso, y de todas las 6 materias de aquel semestre esa era la que más me agradaba porque era lo que me llenaba, un día llego el míster con una inmensa carpeta y dijo bueno aquí están mis trabajos para que vean que soy buen profesor, eran muchos dibujos y pequeñas pinturas, estaba realmente impactado eran demasiado buenos aquellos dibujos eran lo mejor que había visto en mi vida, al igual que yo todos mis compañeros también estaban impresionados claro está, aquello era lo máximo.
Desde entonces literalmente ame el dibujo y supe que había encontrado aquello que buscaba desde niño, casi inmediatamente empecé a practicar de manera poco ortodoxa, los dibujos que iba haciendo se los iba mostrando al profesor, el asignaba trabajos para hacerlos en casa pero yo hacía más por mi cuenta me sentía muy entusiasmado, practique y practique, por medio del internet iba descubriendo grandes artistas en todo el mundo.
Pintar o dibujar era una gran salida una gran ayuda personal, puesto que para entonces pasaba por depresiones, problemas emocionales y personales, pero estaba agradecido con la vida con Dios porque podía desviar toda mi atención hacia lo que hacía, paso el tiempo y seguí en lo mío, unos años después, tendré la oportunidad de impartir clases yo mismo con mi propio taller de artes.
Lo cierto es que me quede con aquella inquietud de querer ser algo así como un pintor, debo decir que en ese entonces no sabía que se podía hacer tanto, las clases las impartían los fines de semanas viernes y sábado, un día llegue al frente del taller y vi a unos chicos con unos cuadros pintados, pero estaban tapados tenía mucha curiosidad por verlos, así que me acerque disimuladamente llegaron otros chicos y los primeros mostraron sus cuadros, eran unos paisajes nocturnos quede impresionado, no llegue a entrar al taller pero hable con el instructor por teléfono, me hablo del curso su precio recuerdo que eran 70 bs la inscripción y 30 bs por clase, para ese entonces era un poco costoso, pero estaba decidido hacer ese curso.
Sentía muchas ganas de aprender hacer algo como lo que vi, al poco tiempo volví por la inscripción y finalmente entre al taller eran alrededor de 20 alumnos por clase, y todos tenían sus cuadros yo estaba muy impresionado con aquello que estaba viendo, veía más cuadros paisajes flores y frutas, y entonces sentí curiosidad y le pregunte al instructor que si se podían hacer más cosas como pintar la cara de alguien, este me respondió y dijo que había que hacer ese curso y luego habría otro nivel para llegar a los rostros, sinceramente sentí un pronunciado desanimo, puesto que a pesar de ver aquellos cuadros no era lo que buscaba y me parecía aburrido hacer el curso para luego llegar a otras clases, me pareció injusto así que al final opte por no hacerlo.
Siempre quise pintar aunque no sabía cómo hacerlo, finalmente en 2009 empecé mi carrera en diseño grafico en la Universidad Católica Cecilio Acosta (UNICA) pero la diferencia fue que no hice un curso de inducción llamado propedéutico, y no sabía que allí podía estudiar artes plásticas, estaba decidido a estudiar diseño puesto que la publicidad siempre la tuve en mente ya que mi única influencia fue mi padre que pintaba grandes carteles publicitarios y en ocasiones paisajes y murales, el fue mi referencia y mi modelo a seguir por eso tenía muy en cuenta la publicidad como carrera profesional.
Obviando el arte empecé mi carrera de diseño, para mi sorpresa me encontré con una materia llamada Dibujo Básico en el primer semestre allá en 2009, mi profesor y mi tutor Erick Quevedo, creo que ha sido la única persona que ha venido viendo mi crecimiento desde el primer momento hasta ahora, el era el encargado de la materia y de manera jocosa el primer día de clase le dije, “usted será el profesor de dibujo” el “dijo claro quién mas” Entonces le sugerí que si el seria el profesor debería traer no se algo de lo que él hacía para ver, para ojear a ver qué tal, personalmente siempre tuve en mente los paisajes y las frutas de aquel curso, y de todas las 6 materias de aquel semestre esa era la que más me agradaba porque era lo que me llenaba, un día llego el míster con una inmensa carpeta y dijo bueno aquí están mis trabajos para que vean que soy buen profesor, eran muchos dibujos y pequeñas pinturas, estaba realmente impactado eran demasiado buenos aquellos dibujos eran lo mejor que había visto en mi vida, al igual que yo todos mis compañeros también estaban impresionados claro está, aquello era lo máximo.
Desde entonces literalmente ame el dibujo y supe que había encontrado aquello que buscaba desde niño, casi inmediatamente empecé a practicar de manera poco ortodoxa, los dibujos que iba haciendo se los iba mostrando al profesor, el asignaba trabajos para hacerlos en casa pero yo hacía más por mi cuenta me sentía muy entusiasmado, practique y practique, por medio del internet iba descubriendo grandes artistas en todo el mundo.
Pintar o dibujar era una gran salida una gran ayuda personal, puesto que para entonces pasaba por depresiones, problemas emocionales y personales, pero estaba agradecido con la vida con Dios porque podía desviar toda mi atención hacia lo que hacía, paso el tiempo y seguí en lo mío, unos años después, tendré la oportunidad de impartir clases yo mismo con mi propio taller de artes.